Alcohol después del entrenamiento
Tomar una o dos cervezas frías después de una agotadora carrera de 5 km o beber unas mimosas con tus amigos después de una sesión de ejercicios dominical puede parecer una idea divertida. Pero, ¿el consumo de alcohol después de los entrenamientos anulará todo lo bueno que acabas de hacer? ¿Retrasará la recuperación muscular? ¿Te dará el tipo de hidratación que necesitas? Son preguntas importantes que hay que hacerse, sobre todo porque las investigaciones demuestran que las personas físicamente activas pueden ser bebedoras empedernidas.
Un estudio descubrió que los hombres y mujeres que bebían semanalmente eran más propensos a ser clasificados como físicamente activos que los que no bebían. ¿Cuál es la relación entre el alcohol y el ejercicio? Los investigadores teorizan que los que están en buena forma física pueden ser más propensos a beber porque a muchos les gusta celebrar sus triunfos deportivos (o suavizar sus derrotas) con una bebida alcohólica. También señalan la aparición de la “drunkorexia”, en la que algunas personas -sobre todo mujeres- hacen más ejercicio para compensar las calorías extra que les proporciona la bebida.
El efecto del alcohol después del entrenamiento depende de muchos factores, como el tipo de alcohol que se bebe y la cantidad que se consume. Pero, en general, los expertos están de acuerdo en que la cerveza después de los entrenamientos es una bebida de recuperación menos que ideal, en estos ocho aspectos.
¿Puedo beber cerveza después de entrenar?
Según NPR, Lean Machine Brands, Inc. ha anunciado su intención de lanzar una nueva “cerveza muscular”, baja en calorías y repleta de proteínas, dirigida a hombres en forma. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Podría un brebaje alcohólico real servir como bebida de recuperación para el entrenamiento? La respuesta puede sorprenderle.
Someter al cuerpo a las tensiones del ejercicio agota muchas vitaminas importantes, electrolitos hidratantes y carbohidratos. Por eso los atletas toman Gatorade o agua de coco y comen fruta después de un entrenamiento intenso: todos están llenos de azúcares y nutrientes buenos que reponen el cuerpo. La cerveza también tiene algo de eso: carbohidratos azucarados, una pizca de electrolitos y algunos nutrientes vegetales útiles que provienen del lúpulo, la levadura y la cebada. Pero el principal inconveniente -y es un gran problema- es que el alcohol lo estropea todo.
No sólo te deja deshidratado, sino que un estudio reciente sugiere que también puede dificultar la recuperación muscular después del ejercicio. Por lo tanto, para que la cerveza tenga algo de bueno, hay que eliminar el único ingrediente que la hace agradable. (Por supuesto, esta es la razón por la que Lean Machine ha sido elaborada para contener alrededor del 0,5% de alcohol, lo que la hace tan fuerte como un plátano podrido).
Alcohol y gimnasio
¿La clave? El alcohol puede ser perjudicial para el rendimiento si se ingiere en exceso. “Tomar un paquete de seis cervezas después de un entrenamiento no es algo que un nutricionista recomendaría”, dice Schoenfeld. En general, no está en contra de tomar una cerveza con alcohol de vez en cuando como rehidratante después del entrenamiento, pero definitivamente no todos los días.
Tanto si se opta por la cerveza con o sin alcohol -o por el agua, la leche o una bebida deportiva- la hidratación sigue siendo clave para la recuperación del ejercicio. “Si la cerveza sin alcohol anima a la gente a rehidratarse después de un entrenamiento, entonces es algo bueno”, dice Schoenfeld.
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Una cerveza después del entrenamiento
Christopher Stevens no trabaja, asesora, posee acciones ni recibe financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no ha revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.
Beber alcohol después de hacer deporte es un ritual social que se ha arraigado en la cultura australiana, y parece que los atletas profesionales no son una excepción, a pesar de que se les paga generosamente por estar en plena forma física.
Las acciones de alta intensidad, como correr, saltar, placar y cambiar de dirección, generan daños y dolores musculares temporales. Si el ejercicio es lo suficientemente largo, el combustible almacenado en nuestros músculos para obtener energía (glucógeno) también puede agotarse.
En un ambiente caluroso o húmedo, el cuerpo también pierde una gran cantidad de líquido por la sudoración, lo que reduce el volumen de sangre (que es importante para hacer llegar el oxígeno a todos nuestros músculos y órganos), y las reservas de electrolitos (importantes para la contracción muscular).
El cuerpo se encuentra en un estado de disfunción y reparación después de un deporte y ejercicio vigorosos. Las cualidades atléticas, como la fuerza, la potencia y la resistencia, pueden agotarse durante varios días después de un entrenamiento intenso. Esto puede mejorarse con una nutrición e hidratación adecuadas y oportunas.