Quinua fermentada
Los seis errores más comunes que la gente comete al cocinar la quinoa. ¿Comes habitualmente quinoa? Yo sí. Me convertí en un converso instantáneo cuando probé unas gachas de quinoa especialmente deliciosas en un popular local de desayunos. Hechas con leche de almendras, miel y nueces, realmente resaltaban el sabor de la quinoa.
Sin embargo, a la hora de recrear esa experiencia de sabor en casa, cocinar la quinoa resultó sorprendentemente difícil. Salía dura, aguada o amarga. ¿Qué estaba haciendo mal?
No es difícil hacer quinoa, pero hay algunos métodos específicos que ayudan a garantizar el éxito. A continuación, describiremos algunos de los errores más comunes a la hora de cocinar la quinoa y cómo remediarlos para que pueda hacer una tanda perfecta cada vez.
La quinoa es un alimento ancestral: se dice que los incas la llamaban “el grano madre”. Aunque muchos piensan que la quinoa es un grano, en realidad está más relacionada con las espinacas, las remolachas y las acelgas. Cuando se cocina la quinoa, en realidad se están cocinando semillas. Hay más de 120 variedades de quinoa, pero las más comunes son la blanca, la roja y la negra.
Cuánto tiempo hay que remojar la quinoa para que brote
Creo que la quinoa es lo suficientemente nueva (para la mayoría de nosotros) como para que todavía sea un poco incomprendida. A estas alturas, la mayoría de nosotros sabemos cómo cocinar la pasta y sacudir una olla arrocera, pero ¿qué pasa con el resto de los granos, especialmente los enteros? ¿Y cambian las reglas cuando los ponemos en remojo primero? Hoy no tengo todas las respuestas para ti, pero sí tengo una: cómo cocinar perfectamente la quinoa remojada.
No lanzo esta palabra a la ligera. Aunque encuentro mucho encanto en las imperfecciones de la naturaleza y en la comida desordenada pero deliciosa, la quinoa mal cocinada no es una de ellas. Cuando se prepara correctamente, la quinoa tiene un sabor neutro en comparación con muchos granos enteros, y tiene una textura menos fibrosa. Está tan llena de proteínas, y es un alimento tan fácil (ejem, una vez que aprendes las reglas) y conveniente de hacer, que es justo que la disfrutes en su mejor momento, en lugar de sufrirla porque es “buena para ti”.
Si aún no lo sabes, remojar tus granos durante 12-24 horas con un chorrito de un ácido (yo uso vinagre de sidra de manzana crudo) es un buen hábito que debes adquirir. Libera el ácido fítico (un antinutriente que se encuentra en los cereales, legumbres, frutos secos y semillas, que se une y puede impedir que absorbamos los nutrientes) y activa la fitasa (una enzima que ayuda a digerirlos).
La quinoa sigue siendo amarga después del enjuague
Ponga su porción de quinoa en un colador de malla fina y luego pásela por agua fría. Escurre la quinoa para eliminar la mayor parte del agua antes de empezar a cocinarla. La quinoa tiene una capa exterior que puede hacerla pegajosa, por lo que es importante enjuagarla primero.
La quinoa es rica en fibra y proteínas, contiene una cantidad mucho mayor de otros nutrientes y tiene una textura esponjosa similar a la del arroz. Una taza de quinoa contiene el doble de proteínas y unos 5 g más de fibra que el arroz blanco. La quinoa contiene menos calorías y carbohidratos que el arroz blanco.
1) Cocinar con inteligencia: Lo primero es lo primero: ¡no cocines demasiado la quinoa! Bon Appetit recomienda este sencillo método: Combina 1 taza de quinoa con 2 tazas de agua en una cacerola mediana y llévala a ebullición. Tapa, reduce el fuego a bajo y cocina a fuego lento hasta que la quinoa esté tierna, unos 15 minutos.
Puedes hacer una avena de quinoa mezclando tu leche favorita, y añadiendo complementos de tu elección como frutas frescas, alimentos secos como el coco, nueces y demás. Pero una de las maneras en que la gente reutiliza su quinoa empapada, blanda o demasiado cocida, es haciendo un tabbouleh de quinoa.
Por qué remojar la quinoa
Notas*El remojo de los granos ayuda a eliminar parte del ácido fítico natural del grano, lo que ayuda a mejorar la digestibilidad y a acelerar el tiempo de cocción. Para remojarla: Enjuague bien la quinoa y añádala a un bol u olla grande y cúbrala con el doble de agua tibia (2 tazas de agua, 1 taza de quinoa). Dejarla en remojo sin tapar a temperatura ambiente durante al menos 2 horas, o toda la noche. A continuación, escurrir y enjuagar una vez más. Para cocinar la quinoa remojada, se añade a una cacerola 1,5 veces más agua que quinoa, que en este caso sería 1,5 tazas. Lleva el agua a ebullición, luego añade la quinoa y vuelve a llevarla a ebullición. A continuación, baje el fuego hasta que hierva a fuego lento y tape. Cocer hasta que el agua se haya absorbido por completo y la quinoa esté tierna, entre 12 y 18 minutos. Escurrir el exceso de agua si lo hay. Me gusta apagar el fuego y quitar la tapa durante 10 minutos para que la quinoa quede más esponjosa. El tiempo de preparación refleja el remojo durante 2 horas. Si se utiliza quinoa germinada o no se remoja la quinoa, el tiempo de preparación es de 0 minutos.