¿Puede el bebé comer tomate todos los días?
Tú y tu hijo tenéis una relación especial a la hora de alimentaros y comer. Cada uno de vosotros tiene un papel diferente. Tu papel es decidir qué alimentos ofrecer, cuándo ofrecerlos y dónde ofrecerlos. El papel de tu hijo es decidir si come, qué come de las opciones que se le ofrecen y cuánto come. Respetar esta relación de alimentación permite que la hora de la comida sea más agradable y que tu hijo pueda centrarse en aprender a comer bien.
El consumo de alimentos ricos en hierro ayuda a prevenir la carencia de hierro y favorece el crecimiento y el desarrollo del cerebro. Los alimentos ricos en hierro son la carne, el pescado, las aves, los cereales infantiles enriquecidos con hierro, los huevos, el tofu, las judías secas, los guisantes y las lentejas. Ofrezca a su hijo estos alimentos en cada comida.
Los niños no necesitan bebidas azucaradas como las gaseosas, las bebidas deportivas, los zumos de frutas, las bebidas de frutas y las bebidas con sabor a frutas hechas con polvos o cristales. Las bebidas azucaradas llenan el estómago de su hijo, ocupando el lugar de los alimentos más saludables. Todos los zumos de fruta, incluidos los 100%, tienen un alto contenido en azúcar y poca fibra. Ofrézcale a su hijo fruta entera en su lugar.
La comida más popular
Una alimentación sana es esencial para la buena salud, el crecimiento y el desarrollo de su hijo. Una alimentación sana en la infancia significa que tendrán menos posibilidades de desarrollar enfermedades crónicas como las cardiopatías, la diabetes de tipo 2, la obesidad y algunos tipos de cáncer. También significa que se sentirán mejor, tendrán mejor aspecto y disfrutarán más de la vida.
Está bien comer pequeñas cantidades de alimentos discrecionales de vez en cuando como parte de una dieta equilibrada. Pero debes intentar limitar estos alimentos en la dieta diaria de tu hijo, ya que pueden provocar sobrepeso o enfermedades en la edad adulta.
Puede ser más difícil comer una amplia variedad de alimentos saludables si tu hijo es alérgico o intolerante a ciertos alimentos, como la lactosa de los productos lácteos. Su médico o dietista puede aconsejarle sobre cómo gestionar las alergias o intolerancias alimentarias sin dejar de mantener una dieta saludable.
Plato de comida sana
La primera vez que Saki comió el plato de soja fermentada llamado natto, tenía 7 meses. Enseguida vomitó. Su madre, Asaka, cree que quizás fue por el olor, que recuerda vagamente a la comida enlatada para gatos. Pero con el tiempo, los frijoles pegajosos se convirtieron en la comida favorita de Saki y una parte constante de sus desayunos tradicionales japoneses. En el menú también hay arroz blanco, sopa de miso, calabaza kabocha cocida a fuego lento en salsa de soja y sake dulce (kabocha no nimono), pepino encurtido (el plato menos favorito de Saki), tortilla de huevo enrollada (tamagoyaki) y salmón a la parrilla.
La primera vez que Saki comió el plato de soja fermentada llamado natto, tenía 7 meses. Enseguida vomitó. Su madre, Asaka, cree que quizás fue por el olor, que recuerda vagamente a la comida enlatada para gatos. Pero con el tiempo, los frijoles pegajosos se convirtieron en la comida favorita de Saki y una parte constante de sus desayunos tradicionales japoneses. En el menú también hay arroz blanco, sopa de miso, calabaza kabocha cocida a fuego lento en salsa de soja y sake dulce (kabocha no nimono), pepino encurtido (el plato menos favorito de Saki), tortilla de huevo enrollada (tamagoyaki) y salmón a la parrilla.
Consejos para niños pequeños
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Una cosa es ser quisquilloso con la comida y otra cosa es que un niño o un joven no quiera comer nada. Muchos niños rechazan una comida porque no pasa la prueba de sabor aprobada por los niños. Pero en la mayoría de los casos, el niño cede una vez que su estómago rugiente le obliga a volver a la mesa o se le ofrece un alimento preferido.
Comer de forma selectiva y tener una bajada de apetito ocasional es algo común y normal. Pero negarse a comer durante largos periodos de tiempo no lo es. Los niños suelen tener hambre cada pocas horas. Si su hijo no quiere comer, puede ser un signo de un problema médico subyacente, no una señal de una lucha de poder entre padres e hijos.
¿Quién es mejor que un niño pequeño para mantener a los padres en vilo? Supones que van a favorecer los dulces (y tienes razón), pero ¿por qué se pelean por un plato de brócoli al que les encanta llamar “arbolitos”? Llámalo comida selectiva y atribúyelo a la infancia.