Qué debo comer
Los niños y adolescentes necesitan el combustible adecuado para crecer, aprender y desarrollarse. Esto significa que sus hijos necesitan alimentos y bebidas con muchos nutrientes y no demasiadas calorías, grasas o azúcares, que les proporcionen una base sólida para una vida sana.
El secreto para alimentar a una familia sana es servir deliciosos alimentos ricos en nutrientes en cada comida y merienda. Cuando los niños se llenan de lo correcto -nutrición de alta calidad para sus cuerpos y cerebros- naturalmente tendrán menos espacio para las opciones pobres en nutrientes (refrescos, papas fritas, dulces, postres).
Los cereales integrales tienen un gran valor nutricional y sus hidratos de carbono proporcionan el combustible necesario para que los jóvenes crezcan y se mantengan activos. En los últimos años, ha habido una explosión de nuevos productos de cereales en las estanterías de los supermercados. Con tantas opciones, es difícil saber cuáles elegir. Elige productos que incluyan granos integrales como primer ingrediente en la etiqueta. Ofrezca a los niños cereales integrales para el desayuno, pan integral “blanco” para los sándwiches, galletas integrales crujientes para la merienda y pastas integrales para la cena. Para añadir variedad, pruebe los cereales integrales de preparación rápida, como la quinoa, el cuscús integral y el arroz integral de cocción rápida, solos o mezclados con otros alimentos.
Pirámide nutricional de Harvard
Cómo prepararlo: Utiliza los arándanos como aderezo de helados, yogures, tortitas y cereales. Añade arándanos a la masa de las tortitas para hacerlas.2. HuevosAltos en proteínas y vitaminas, los huevos son una de las fuentes más ricas en colina, un nutriente esencial que ayuda al desarrollo del cerebro.
Cómo prepararlos: Hervirlos, freírlos o revolverlos, o hacer tortillas. Añádelos a sopas, gachas, salsas, arroz y fideos, o prepara postres como las natillas.3. Leche de vacaEs una buena fuente de calcio y fósforo, importantes para la formación de huesos y músculos. Si tu hijo aún no ha cumplido los dos años, sírvele leche entera, no baja en grasa ni desnatada. A menos que tenga sobrepeso, necesitará la energía extra para crecer.
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¿Puede el bebé comer tomate todos los días?
Como padre, una de las cosas más importantes que haces es ayudar a tus hijos a aprender hábitos alimentarios saludables. Los niños necesitan una dieta equilibrada con alimentos de los tres grupos: verduras y frutas, productos integrales y alimentos proteicos.
El sodio es un mineral que mantiene los fluidos adecuados en el cuerpo. También es necesario para la función nerviosa y muscular. Sin embargo, consumir demasiado sodio puede provocar hipertensión arterial, lo que aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas. El sodio se conoce comúnmente como sal.
Las grasas saludables contienen ácidos grasos esenciales como el omega-3 y el omega-6 que no se pueden fabricar en el cuerpo y deben proceder de los alimentos. Cocine con aceites vegetales como el de canola, oliva y/o soja. Las grasas saludables también se encuentran en los aderezos para ensaladas, las margarinas no hidrogenadas, las mantequillas de frutos secos (por ejemplo, la mantequilla de cacahuete) y la mayonesa.
No se preocupe demasiado si su hijo no parece comer lo suficiente. Si su peso y su talla se ajustan a lo previsto, probablemente esté recibiendo lo que necesita. Sólo asegúrese de ofrecerle una variedad de alimentos de todos los grupos para asegurarse de que recibe los nutrientes adecuados. El médico de tu hijo controlará su crecimiento en las consultas periódicas y te informará si hay algún problema.
Qué es una dieta saludable
Los padres suelen preocuparse cuando su hijo come muy poco, no ingiere alimentos saludables como frutas y verduras, o rechaza completamente una comida. Para algunos, esta preocupación puede ser importante, sobre todo si el niño no aumenta bien de peso o lo pierde. Para otros, el hecho de que no coma puede ser una fuente de frustración.A menudo, los padres se ven obligados a utilizar la presión, la fuerza o la coacción para intentar que su hijo termine la comida.Esto puede adoptar muchas formas:
Aunque el niño puede comer un poco más si se le obliga, el hecho de que se le presione para que coma puede hacer que desarrolle asociaciones negativas con la comida y, en última instancia, que la rechace y la evite. También puede impedir que los niños reconozcan y respondan adecuadamente a las señales internas de hambre y saciedad, lo que puede hacer que sean más propensos a comer en exceso en el futuro.¿Por qué es malo presionar o animar fuertemente a un niño a comer? El uso de la presión para comer por parte de los padres suele provenir de la preocupación y la ansiedad respecto a cómo o qué come el niño. Los padres pueden preocuparse por la salud y el bienestar de su hijo (y por su supervivencia) si creen que no come lo suficiente para mantener un desarrollo saludable. Si un niño está por debajo de su peso, es más probable que los padres quieran animar a comer y pueden acabar ejerciendo presión sin darse cuenta de que pueden tener el efecto contrario al deseado. La presión de los padres para que coman también puede provenir del deseo de evitar que se desperdicie la comida preparada y de la creencia de que los niños deben “limpiar sus platos”. Sin embargo, a veces el tamaño de las porciones que servimos a los niños es irrealmente grande, lo que significa que no es realista esperar que el niño se termine la comida y que todos los platos parezcan “inacabados”. En este caso, no es que el niño coma poco, sino que el tamaño de la ración es demasiado grande.La presión para comer se ha relacionado con una serie de consecuencias negativas. Éstas son: