Presión arterial normal
Beber demasiado alcohol puede elevar la tensión arterial a niveles poco saludables. Tomar más de tres copas de una sola vez eleva temporalmente la tensión arterial, pero las borracheras repetidas pueden provocar aumentos a largo plazo.
Los bebedores empedernidos que reducen su consumo de alcohol a un nivel moderado pueden reducir la cifra superior de la presión arterial (presión sistólica) en unos 5,5 milímetros de mercurio (mm Hg) y la cifra inferior (presión diastólica) en unos 4 mm Hg.
Tenga en cuenta que el alcohol contiene calorías y puede contribuir a un aumento de peso no deseado, un factor de riesgo para la hipertensión arterial Además, el alcohol puede interactuar con ciertos medicamentos para la presión arterial, afectando al nivel de la medicación en su cuerpo o aumentando los efectos secundarios.
El vino blanco y la presión arterial
Sarah Jividen, RN, BSN, es una periodista sanitaria independiente y escritora de marketing de contenidos en Health Writing Solutions, LLC. Tiene más de una década de experiencia en atención directa al paciente trabajando como enfermera titulada especializada en neurotraumatismos, accidentes cerebrovasculares y urgencias.
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Los estudios han demostrado una relación entre el alcohol y la hipertensión, o presión arterial alta. La hipertensión se produce cuando la presión de la sangre contra las paredes de las arterias es más alta de lo normal. Hay pruebas de que reducir el consumo de alcohol puede ayudar a reducir la presión arterial en quienes padecen hipertensión e incluso prevenir su desarrollo.
Si usted padece hipertensión, es importante que hable con su médico sobre cualquier factor de riesgo, incluido el consumo de alcohol. Este artículo explica la conexión entre el alcohol y la hipertensión, explora los efectos de los diferentes tipos de alcohol y analiza el consumo seguro de alcohol.
Medicamentos para la presión arterial y alcohol
Lo cierto es que no existe una solución única, pero la introducción de cambios sencillos puede dar resultados potentes. Algo tan sencillo como ampliar y evolucionar el consumo de bebidas puede ayudar a mantener la tensión arterial en un nivel saludable.
En el extremo opuesto del espectro de las bebidas estimulantes se encuentra esa taza de café matutina. Si tiene tiempo y determinación, puede encontrar un estudio sobre el café que parece respaldar cualquier afirmación sobre la salud que su corazón desee. Entonces, ¿el café es bueno para la presión arterial? La respuesta es sí y no.
Es complicado porque cada persona responde de forma diferente a la cafeína. Básicamente, si el café le hace sentirse mejor y más activo, puede ayudar a su salud general y a la de su corazón. Si te hace sentir nervioso y ansioso, puede ser el momento de reducirlo.
El peligro oculto más común entre estas nuevas opciones de leche es el azúcar añadido, que puede aumentar la presión arterial. Si busca opciones sin azúcar, obtendrá todos los beneficios sin los riesgos de un mayor consumo de azúcar. Y para los que siguen prefiriendo el buen zumo de vaca de toda la vida, el calcio es un aliado probado para un corazón sano.
El vino tinto y la presión arterial
Pero es difícil determinar la causa y el efecto a partir de estos estudios. Tal vez las personas que beben vino tinto tengan mayores ingresos, que suelen estar asociados a una mayor educación y a un mayor acceso a alimentos más saludables. Asimismo, es posible que los bebedores de vino tinto tengan más probabilidades de seguir una dieta saludable para el corazón.
Existen pruebas de que el consumo moderado de alcohol podría contribuir a aumentar ligeramente los niveles de colesterol “bueno” HDL. Los investigadores también han sugerido que el vino tinto, en particular, podría proteger el corazón, gracias a los antioxidantes que contiene.
El consumo moderado de alcohol se define como una media de una bebida al día para las mujeres y una o dos para los hombres. Una copa puede ser menos de lo que se piensa: 12 onzas de cerveza, 4 onzas de vino o 1,5 onzas de licor de 80 grados.
El consumo excesivo de alcohol, en cambio, está relacionado con una serie de problemas de salud, como las afecciones cardíacas. El consumo excesivo de alcohol puede provocar hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca o infarto. El consumo excesivo de alcohol también puede contribuir a la cardiomiopatía, un trastorno que afecta al músculo cardíaco.