Acuario de percebes
El percebe es un tipo de artrópodo que pertenece a la subclase Cirripedia del subfilo Crustacea, por lo que está relacionado con los cangrejos y las langostas. Los percebes son exclusivamente marinos y suelen vivir en aguas poco profundas y con mareas, normalmente en entornos erosivos. Son sésiles (no móviles) y la mayoría se alimentan en suspensión, pero los de la infraclase Rhizocephala son parásitos altamente especializados en crustáceos. Tienen cuatro estadios larvarios nectónicos (natación activa). En la actualidad se conocen unas 1.000 especies de percebes[1] El nombre “Cirripedia” proviene del latín y significa “de patas rizadas”[2] El estudio de los percebes se denomina cirripedología.
Los percebes son incrustantes y se adhieren temporalmente a un sustrato duro o a un simbionte, como una ballena, una serpiente de mar o una langosta. Los más comunes, los “percebes de bellota” (Sessilia), son sésiles y hacen crecer sus conchas directamente sobre el sustrato[3]. Los percebes pedunculados (percebes y otros) se fijan mediante un pedúnculo[3].
Los percebes de vida libre se fijan al sustrato mediante glándulas de cemento que forman la base del primer par de antenas; en efecto, el animal se fija boca abajo mediante su frente. En algunos percebes, las glándulas de cemento están fijadas a un largo tallo muscular, pero en la mayoría forman parte de una membrana plana o placa calcificada. Un anillo de placas rodea el cuerpo, homólogo al caparazón de otros crustáceos. En los percebes sésiles, el ápice del anillo de placas está cubierto por un opérculo, que puede estar empotrado en el caparazón. Las placas se mantienen unidas por varios medios, dependiendo de la especie, y en algunos casos están sólidamente fusionadas[cita requerida].
Percebes en humanos
Así es. Los percebes comienzan su vida como larvas que nadan y acaban adhiriéndose a una superficie dura (como rocas, madera, conchas de animales, corales, etc., y a veces, en el caso de las especies parásitas, a hogares más blandos como el vientre de un tiburón). Una vez anclados, metamorfosean algunas de sus patas natatorias en órganos retráctiles plumosos llamados cirros, que utilizan para capturar pequeñas partículas de alimento que flotan.
La mayoría de las especies de percebes, aunque no todas, son hermafroditas, es decir, tienen órganos reproductores tanto femeninos como masculinos. Aunque ocasionalmente se autofecundan, la mayoría de los percebes se fecundan con un percebe cercano en un proceso llamado fecundación cruzada.
Los percebes se adhieren a los objetos y excavan en su interior. Es posible que los haya visto en diversas superficies: cubriendo pilotes y rocas o aferrándose al casco de un barco o al exterior de un cangrejo; incluso se adhieren a animales más grandes, como las ballenas. Pero lo que quizá no haya visto son los percebes excavadores. Algunas especies viven como parásitos invadiendo cuerpos de huéspedes, como cangrejos y cnidarios, u ocupando el interior del caparazón de un cangrejo ermitaño.
¿Los percebes hacen daño a las ballenas?
Los percebes sólo se encuentran en entornos marinos y suelen vivir en aguas poco profundas y con mareas, aunque algunos se encuentran a profundidades de hasta 600 metros. Hasta ahora se han identificado más de 1.200 especies de percebes. Cuando son adultos viven permanentemente fijados a superficies duras, como rocas, cascos de barcos, pilotes de embarcaderos, otros animales marinos como crustáceos y moluscos e incluso tortugas y ballenas.
Los percebes se alimentan de plancton en suspensión y algunas especies son parásitas. Entre sus depredadores están los gusanos, los caracoles marinos (por ejemplo, los buccinos), las estrellas de mar, algunos peces y algunas aves costeras. También tienen que competir por el escaso espacio vital con lapas, mejillones y otros percebes.
Pasan su vida adulta en su caparazón (normalmente formado por seis placas) ] y baten rítmicamente en el agua sus seis pares de patas modificadas (cirri) situadas en el tórax. Estos apéndices plumosos arrastran el plancton y los materiales orgánicos en descomposición hacia el interior del caparazón hasta la boca. Sus caparazones de carbonato cálcico son impermeables (a prueba de agua) y dos de sus placas pueden deslizarse cuando no se alimentan. Estas placas protegen contra los depredadores y evitan que los percebes se sequen (desecación), ya que muchos viven en zonas intermareales duras.
Vídeo de los percebes
Los percebes, sorprendentemente, son crustáceos (como los cangrejos, las langostas, el krill, etc.). Sin embargo, a diferencia de la mayoría de los crustáceos, los percebes adultos son sésiles, es decir, no pueden moverse. Tras una breve fase como larvas planctónicas, los percebes se asientan, se adhieren a un sustrato duro y no vuelven a moverse. El percebe de bellota es una de las especies de un gran grupo de especies con el mismo nombre común que no tienen pedúnculos y adhieren sus conchas directamente al sustrato. Los percebes de cuello de cisne son un ejemplo común de la variedad con pedúnculo.
Los percebes, sorprendentemente, son crustáceos (como los cangrejos, las langostas, el krill, etc.). Sin embargo, a diferencia de la mayoría de los crustáceos, los percebes adultos son sésiles, es decir, no pueden moverse. Tras una breve fase como larvas planctónicas, los percebes se asientan, se adhieren a un sustrato duro y no vuelven a moverse. El percebe de bellota es una de las especies de un gran grupo de especies con el mismo nombre común que no tienen pedúnculos y adhieren sus conchas directamente al sustrato. Los percebes de cuello de cisne son un ejemplo común de la variedad con pedúnculo.