Conservación de setas en aceite
Comprar setas frescas a granel y conservarlas usted mismo es una forma rentable de asegurarse de tener setas silvestres en su despensa durante todo el año. A continuación se indican los métodos que preferimos para conservar y almacenar las setas sobrantes:
Si las seca, durarán años y conservarán una forma intensificada de su sabor intrínseco y sus propiedades vitales. Para la mayoría de los cocineros caseros, la mejor manera de secar las setas frescas es utilizar una máquina deshidratadora, que deshidrata a baja temperatura, preservando mejor el sabor de las setas.
En caso de necesidad, puede extender las setas en una bandeja cubierta con papel pergamino en el horno y hornearlas a 140 grados (la temperatura más baja que pueden alcanzar muchos hornos) hasta que se hayan secado. Sin embargo, este no es un método perfecto porque es probable que las setas se sequen parcialmente.
Para las variedades más finas y pequeñas, como los rebozuelos, las trompetas negras y las setas de erizo, puedes simplemente enjuagarlas ligeramente, secarlas con palmaditas y deshidratarlas enteras. Si encuentra algún ejemplar especialmente grande o grueso, puede dividirlo primero por la mitad para que tenga un tamaño similar al de los demás.
Cómo conservar las setas en frascos
Coloque las setas enteras y sin lavar en una bolsa de papel marrón y doble la parte superior de la bolsa. A continuación, mete la bolsa en el compartimento principal de tu frigorífico. Esto funciona porque la bolsa absorbe el exceso de humedad de las setas para que no se empapen ni se enmohezcan.
Las setas se congelan bien, pero es mejor meterlas en el congelador lo antes posible. No esperes a que tus setas empiecen a deteriorarse en la nevera para decidirte a congelar algunas. Si tienes un gran botín de setas, sé consciente de que debes reservar algunas para comerlas de inmediato y otras para consumirlas más tarde. Intenta ser realista sobre cuántas vas a comer en la próxima semana para poder congelar el resto antes de que se estropeen.
Si no tienes mucho espacio en el congelador para dedicar a las setas, otra opción es secarlas. Las setas secas se pueden rehidratar cuando sea necesario, y mientras tanto ocupan muy poco espacio en la despensa. Utiliza un horno a baja temperatura o un deshidratador de alimentos para secar las setas. Luego guárdalas en un recipiente hermético hasta que las necesites.
Conservación de setas pdf
Coloque las setas enteras y sin lavar en una bolsa de papel marrón y doble la parte superior de la bolsa. A continuación, meta la bolsa en el compartimento principal de su frigorífico. Esto funciona porque la bolsa absorbe el exceso de humedad de las setas para que no se empapen ni se enmohezcan.
Las setas se congelan bien, pero es mejor meterlas en el congelador lo antes posible. No esperes a que tus setas empiecen a deteriorarse en la nevera para decidirte a congelar algunas. Si tienes un gran botín de setas, sé consciente de que debes reservar algunas para comerlas de inmediato y otras para consumirlas más tarde. Intenta ser realista sobre cuántas vas a comer en la próxima semana para poder congelar el resto antes de que se estropeen.
Si no tienes mucho espacio en el congelador para dedicar a las setas, otra opción es secarlas. Las setas secas se pueden rehidratar cuando sea necesario, y mientras tanto ocupan muy poco espacio en la despensa. Utiliza un horno a baja temperatura o un deshidratador de alimentos para secar las setas. Luego guárdalas en un recipiente hermético hasta que las necesites.
Cómo conservar las setas silvestres para la decoración
Preparación – Elija las setas que no tengan manchas ni estén podridas. Clasificarlas según su tamaño. Lavarlas bien en agua fría. Recorte los extremos de los tallos. Si las setas son más grandes que 1 pulgada de diámetro, córtelas en rodajas o en cuartos.
Para cocer al vapor – Las setas que se van a cocer al vapor tienen mejor color si se les da primero un tratamiento antioscurecimiento. Para ello, sumérjalos durante 5 minutos en una solución que contenga 1 cucharadita de zumo de limón o 11/2 cucharaditas de ácido cítrico por cada pinta de agua.
Este documento ha sido extraído de “So Easy to Preserve”, 6ª ed. 2014. Boletín 989, Servicio de Extensión Cooperativa, Universidad de Georgia, Athens. Revisado por Elizabeth L. Andress. Ph.D. y Judy A. Harrison, Ph.D., Especialistas en Alimentos de Extensión.