Huevos pasteurizados
Huevos: puede que te gusten soleados o pasados por agua, pero es más seguro comer huevos bien cocinados. En la actualidad, algunos huevos con cáscara frescos, limpios y sin romper pueden contener la bacteria Salmonella, que puede causar enfermedades de transmisión alimentaria. Para que sean seguros, los huevos deben manipularse, refrigerarse y cocinarse adecuadamente.
Las bacterias pueden estar dentro de un huevo entero sin romper. La contaminación de los huevos puede deberse a la presencia de bacterias en el ovario u oviducto de la gallina antes de que se forme la cáscara alrededor de la yema y la clara. La salmonela no hace enfermar a la gallina. Los huevos se lavan y desinfectan en la planta de procesamiento. Los Centros de Control de Enfermedades estiman que 1 de cada 20.000 huevos está contaminado con Salmonella. Las personas infectadas con Salmonella pueden experimentar diarrea, fiebre, calambres abdominales, dolor de cabeza, náuseas y vómitos.
Nadie debe comer alimentos que contengan huevos crudos. Esto incluye los batidos “saludables” elaborados con huevos crudos, la ensalada César, la salsa holandesa y cualquier otro alimento como la mayonesa casera, el helado o el ponche de huevo elaborados a partir de recetas en las que los ingredientes del huevo no están cocinados.
Síntomas de la salmonela
La salmonela es un tipo de bacteria y una de las principales causas de enfermedades de origen alimentario en todo el mundo. Está presente de forma natural en los intestinos de los animales y puede encontrarse en alimentos como la carne cruda, los productos lácteos crudos, las aves de corral y los huevos.
La salmonela puede transmitirse al ser humano a través del consumo de alimentos y bebidas contaminados. La bacteria puede colonizar los intestinos y causar enfermedades gastrointestinales, como la salmonelosis, en las personas afectadas. Los síntomas incluyen diarrea, dolor abdominal, fiebre, náuseas y vómitos. Aunque la infección suele remitir en una semana en la mayoría de las personas, la Salmonella puede causar una infección grave en la población vulnerable, como los ancianos, los niños pequeños y las personas con sistemas inmunitarios debilitados.
La primera vía es la contaminación fecal. Dado que la Salmonella suele encontrarse en el intestino y las heces de los pollos, el interior del huevo puede contaminarse cuando las bacterias de las heces entran a través de los poros de las cáscaras, o cuando éstas se rompen. La segunda forma de contaminación de los huevos es exclusiva de un tipo particular de Salmonella conocido como Salmonella Enteritidis (SE). En las gallinas ponedoras infectadas por SE, la bacteria puede encontrarse en sus ovarios y entra en los huevos incluso antes de que se forme la cáscara. Las gallinas infectadas no parecen enfermas, pero ocasionalmente ponen huevos contaminados con SE que pueden causar enfermedades de origen alimentario si los huevos no se manipulan o cocinan adecuadamente.
¿Cuáles son las posibilidades de contraer la salmonela a través de los huevos crudos?
Los huevos son uno de los alimentos más nutritivos y económicos de la naturaleza. Pero los huevos pueden enfermar si no se manipulan y cocinan adecuadamente. Esto se debe a que los huevos pueden estar contaminados con Salmonella, que son bacterias que enferman a las personas.
La salmonela puede llegar a la cáscara de los huevos cuando las aves ponen huevos o cuando los huevos entran en contacto con los excrementos de las aves (caca) después de ser puestos. Esto no es un problema para los huevos comerciales (por ejemplo, los huevos que se compran en el supermercado) porque las empresas lavan los huevos antes de que lleguen a las tiendas.
La salmonela también puede contaminar el contenido del huevo mientras se está formando dentro de la gallina, antes de que se forme la cáscara. Hoy en día, muchas menos gallinas ponedoras tienen este problema que durante las décadas de 1980 y 1990, por lo que los huevos son más seguros. Pero algunos huevos siguen contaminados con Salmonella.
La mayoría de las personas se recuperan sin tratamiento específico y no deben tomar antibióticos. Los antibióticos suelen utilizarse sólo para tratar a las personas que tienen o corren el riesgo de tener una enfermedad grave. En raras ocasiones, la Salmonella se extiende al torrente sanguíneo y provoca una infección potencialmente mortal.
Salmonella en los huevos
La salmonela es un tipo de bacteria y una de las principales causas de enfermedades de origen alimentario en todo el mundo. Está presente de forma natural en los intestinos de los animales y puede encontrarse en alimentos como la carne cruda, los productos lácteos crudos, las aves de corral y los huevos.
La salmonela puede transmitirse al ser humano a través del consumo de alimentos y bebidas contaminados. La bacteria puede colonizar los intestinos y causar enfermedades gastrointestinales, como la salmonelosis, en las personas afectadas. Los síntomas incluyen diarrea, dolor abdominal, fiebre, náuseas y vómitos. Aunque la infección suele remitir en una semana en la mayoría de las personas, la Salmonella puede causar una infección grave en la población vulnerable, como los ancianos, los niños pequeños y las personas con sistemas inmunitarios debilitados.
La primera vía es la contaminación fecal. Dado que la Salmonella suele encontrarse en el intestino y las heces de los pollos, el interior del huevo puede contaminarse cuando las bacterias de las heces entran a través de los poros de las cáscaras, o cuando éstas se rompen. La segunda forma de contaminación de los huevos es exclusiva de un tipo particular de Salmonella conocido como Salmonella Enteritidis (SE). En las gallinas ponedoras infectadas por SE, la bacteria puede encontrarse en sus ovarios y entra en los huevos incluso antes de que se forme la cáscara. Las gallinas infectadas no parecen enfermas, pero ocasionalmente ponen huevos contaminados con SE que pueden causar enfermedades de origen alimentario si los huevos no se manipulan o cocinan adecuadamente.