Colar a través de un tamiz
Los tamices son dispositivos que permiten separar distintos elementos entre sí. Pueden utilizarse en la preparación de alimentos, la clasificación de granos e incluso en el filtrado de distintos tipos de materiales de construcción. El tipo de tamizado que se realiza ayuda a definir el tamaño y la configuración general del dispositivo.
Uno de los ejemplos más comunes de colador de cocina es el colador cotidiano. Los coladores tienen un cuerpo perforado con una serie de agujeros uniformes. Con el colador se pueden separar los alimentos sólidos de los líquidos con relativa facilidad. También se utiliza para lavar frutas y verduras crudas, colocando los alimentos en el escurridor y dejando correr el agua sobre ellos. Cuando el agua pasa por encima de los alimentos, recoge pequeños contaminantes y los aleja de los alimentos crudos expulsando el agua y los contaminantes a través de las perforaciones.
El colador de harina es otro ejemplo de tamiz utilizado habitualmente en la cocina. Permite tamizar la harina para que sólo se utilicen las partículas más finas en la cocción. La mayoría de los cernidores de harina están equipados con algún tipo de batidor que ayuda a pulverizar las partículas más grandes, haciéndolas utilizables en el proceso de horneado.
Definición de tamiz en la cocina
Utensilio de cocina que se utiliza para colar líquidos, como el agua hirviendo, o para tamizar ingredientes secos, como la harina o el azúcar en polvo. También se denomina “tamiz” y tiene agujeros perforados o malla y está disponible en muchas formas y tamaños diferentes. Algunos tamices se fabrican en forma de cestas que caben en los fregaderos o en las ollas y sartenes. Otros tamices son utensilios planos que se utilizan para verter líquidos calientes, como por ejemplo para sacar el agua de una sartén que contiene pasta cocida. Los tamices se fabrican con diversos materiales, como acero inoxidable, acero estañado, aluminio, nylon y tela. Algunos tienen asas fuertes y resistentes al calor y marcos que contienen ganchos, lo que permite que el colador se apoye fácilmente en la parte superior de las ollas o cuencos, mientras que otros pueden tener asas formadas para poder sujetarse a los bordes de las ollas y sartenes.
A la hora de elegir un tamiz, hay que tener en cuenta los diferentes tamaños de las mallas o superficies perforadas y la forma del tamiz necesaria para el proceso de preparación previsto. Las mallas o agujeros perforados van de medianas a finas y superfinas en la anchura de los agujeros tejidos en la malla. Los tamices de malla media contienen una malla gruesa con un agujero de aproximadamente 1/16 de pulgada. Esta malla funciona bien para colar los líquidos de la pasta, las verduras, las salsas abundantes y todo tipo de alimentos de mayor tamaño. Los tamices de malla fina tienen un agujero de malla de aproximadamente 1/32 pulgadas. Este tamiz funciona bien para drenar los líquidos más ligeros y retener las partículas, como las semillas de las frutas, que pueden pasar por los tamices de malla de mayor tamaño. El más fino de los tamices es el Tamiz superfino que casi parece no tener agujeros, debido a su diminuto tamaño. Este tamiz funciona mejor para partículas muy finas o líquidos muy claros, como colar té o espolvorear polvos en productos horneados.
Análisis de tamizado
Un tamiz, colador de malla fina o tamiz, es un dispositivo para separar los elementos deseados del material no deseado o para controlar la distribución del tamaño de las partículas de una muestra, utilizando un tamiz como una malla o red tejida o un material de lámina perforada[1] La palabra tamiz deriva de criba.
En la cocina, un tamiz se utiliza para separar y romper los grumos de los ingredientes secos, como la harina, así como para airearlos y combinarlos. Un colador (véase Colador), por su parte, es una forma de tamiz que se utiliza para separar los sólidos en suspensión de un líquido por filtración.
Algunos coladores industriales disponibles son los coladores de cesta simple, los coladores de cesta dúplex, los coladores en T y los coladores en Y. Los coladores de cesta simple se utilizan para proteger equipos valiosos o sensibles en sistemas que deben ser cerrados temporalmente. Algunos de los coladores más utilizados son los coladores de boca de campana, los coladores de válvula de pie,[2] los coladores de cesta. La mayoría de las industrias de procesamiento (principalmente la farmacéutica, la de revestimientos y la de alimentos líquidos) optan por un filtro autolimpiante en lugar de un filtro de cesta o un filtro simple, debido a las limitaciones de los sistemas de filtración simples. Los coladores o filtros autolimpiables son más eficaces y proporcionan una solución de filtración automática[3].
Se utiliza para servir la comida
El tamizado de la harina es uno de esos pasos que puedes estar tentado a saltarte si tienes poco tiempo, no tienes el equipo adecuado o simplemente no te apetece hacer un lío extra. Sin embargo, al igual que con la mayoría de los procedimientos de panificación, el tamizado puede marcar la diferencia.
Tamizar la harina es importante por varias razones. En primer lugar, rompe los grumos que se hayan podido formar y, en segundo lugar, si se mezclan otros ingredientes secos, como el bicarbonato de sodio o el polvo, ayuda a mezclar estos elementos para que todo se distribuya uniformemente en lo que se esté horneando. El tamizado también aporta aire a la harina, haciéndola más esponjosa y fácil de mezclar con los ingredientes húmedos.
Un batidor mezcla y airea en un solo movimiento. También puedes utilizar un tenedor, pero el batidor funciona mucho mejor. Este pequeño truco alimenticio no sólo es un salvavidas si no tienes el equipo adecuado, sino que además un batidor es mucho más fácil de limpiar que un colador de malla fina o un tamiz torpe. Adelante, bátelo todo.