Cómo conseguir que los niños coman frutas y verduras
Para contrarrestar las negativas perpetuas de los niños a comer sus verduras, conviene entender por qué es tan difícil conseguir que los niños disfruten de las verduras (o eso parece, pero esta dificultad se disipa).
Las verduras suelen estar en desventaja con respecto a otros alimentos. En primer lugar, son relativamente bajas en calorías y, por tanto, tienen menos efectos fisiológicos perceptibles, como la saciedad. Además, la mayoría de las verduras no son muy dulces, y algunas también tienen compuestos con un sabor ligeramente amargo o sulfuroso (espinacas, hinojo, coliflor, coles de Bruselas, etc.). La sensibilidad de los niños a estas moléculas depende de su percepción del amargor.
Por último, el rechazo de los niños a las verduras también suele estar relacionado con la falta de diversidad. Que un niño rechace las zanahorias ralladas no significa que no vaya a disfrutar de las zanahorias cocidas o de los tomates crudos. Por eso es importante animar a los niños, que están en pleno desarrollo de sus preferencias alimentarias, a comer repetidamente una variedad de verduras.
Por qué no les gustan las verduras a los niños pequeños
Getty Images/iStockphotoTodos hemos pasado por eso. Si piensas en tu infancia, habrá algunos recuerdos que destacarán: el día en que aprendiste a montar en bicicleta (sin ruedas de entrenamiento ni caídas), tu primer día de colegio, las salidas de vacaciones, el haber hecho mejores amigos para siempre en la escuela… Y, por supuesto, todas las veces que tus padres intentaron alimentarte con repugnantes coles de Bruselas y brócoli empapados. ¿Y recuerdas tu primer sorbo de cerveza, vino o café? Publicidad
Lo más probable es que, ahora que eres un adulto y puedes lavar tu propia ropa (con suerte), te guste la cerveza, el vino y el café. Una teoría popular al respecto es que, con el tiempo, nuestras papilas gustativas cambian. Según Russell Keast, profesor de ciencias sensoriales y alimentarias y director del Centro de Ciencias Sensoriales Avanzadas de la Universidad de Deakin, nuestra aversión a las verduras y a las bebidas “adultas” tiene que ver con fascinantes razones evolutivas.Getty “Gran parte del trabajo que hemos realizado en cuanto a cómo la gente desarrolla su gusto por los alimentos se ha basado en la cafeína y el papel que ésta desempeña”, dijo Keast a The Huffington Post Australia.Advertisement
Mi hijo de 8 años no quiere comer verduras
De niño, odiaba las verduras con pasión. Recuerdo claramente cómo mi madre intentaba constantemente engañarme para que comiera más verduras, cómo las ponía a la fuerza en mi plato varias veces y, por supuesto, cómo las devolvía a escondidas cuando nadie miraba. ><
La biología juega un papel en esto. Los niños necesitan mucha más energía que los adultos, y las verduras son insuficientes para proporcionársela. De hecho, algunas verduras contienen tanta fibra no digerible y tan pocas calorías que uno puede gastar toda la energía consumida de la verdura sólo para digerirla. Esto también explica por qué a los niños les gustan naturalmente los alimentos con alto contenido en glucosa, ya que ésta es el combustible preferido del organismo.
Las verduras suelen tener un sabor ligeramente amargo. Esto se debe a su contenido en calcio y a la presencia de compuestos beneficiosos como fenoles, flavonoides, isoflavonas, terpenos y glucosinolatos.
En sentido evolutivo, el amargor es un signo de veneno y toxicidad. De hecho, los compuestos amargos de los vegetales son efectivamente tóxicos, pero sólo cuando se consumen en cantidades realmente grandes. Con niveles de consumo normales, las verduras son muy beneficiosas, como ya habríamos aprendido los adultos. Los niños, sin embargo, se basan en el instinto mucho más que en la lógica. De ahí que sea natural que eviten las verduras.
Verduras para niños pequeños
La mayoría de los padres se esfuerzan por conseguir que sus hijos coman verduras. No es el único problema, y no sólo aquí en Singapur, sino también a nivel internacional. He aquí algunas estadísticas para poner el panorama en perspectiva:
El miedo a los alimentos nuevos o desconocidos, también conocido como neofobia alimentaria, es un comportamiento natural de los niños pequeños, que alcanza su punto máximo cuando tienen entre 2 y 6 años. Además, es el periodo en el que el niño empieza a desarrollar su independencia en la elección de alimentos y en el gusto. De ahí que la combinación de estos dos factores acabe a menudo en una guerra a la hora de cenar entre padres e hijos, y a veces con la otra mitad.
Sabor desagradablePregunte por ahí cuál es la principal razón por la que la gente (niños y adultos por igual) no come verduras, y la respuesta que obtendrá con toda probabilidad es que las verduras son amargas. Este sabor amargo se debe a la presencia de calcio y fitonutrientes naturales. Los fitonutrientes son un término que engloba los fenoles y polifenoles de origen vegetal, los flavonoides, las isoflavonas, los terpenos y los glucosinolatos, y sirven como sistema de autodefensa natural de la planta.