Historia del ponche de ron
El término ponche se refiere a una amplia variedad de bebidas, tanto no alcohólicas como alcohólicas, que generalmente contienen frutas o zumo de frutas.[1][2] La bebida fue introducida desde el subcontinente indio a Inglaterra por los empleados de la Compañía de las Indias Orientales a finales del siglo XVII.[3] El ponche suele servirse en fiestas en cuencos grandes y anchos, conocidos como poncheras.
En Estados Unidos, la normativa federal establece la palabra “ponche” para describir las bebidas comerciales que no contienen fruta o zumo de fruta. El término se utiliza para etiquetar bebidas aromatizadas artificialmente, con o sin aromas naturales, que no contienen zumo o concentrado de fruta en proporciones significativas[4] Así, un producto etiquetado como “ponche de frutas” puede no contener ningún ingrediente de fruta.
La bebida fue introducida en Inglaterra desde el subcontinente indio por empleados de la Compañía de las Indias Orientales a finales del siglo XVII. Desde allí se introdujo en otros países europeos. Cuando se sirve en comunidad, se espera que la bebida tenga un menor contenido de alcohol que un cóctel típico[3][8].
Recipiente para el ponche
Presenté esta ponencia en el Oxford Symposium of Food and Cookery, en julio de 2011 y posteriormente fue publicada en las ‘Actas del Oxford Symposium of Food and Cookery, 2011 “Celebration”. La foto de la portada procede de mi colección de tarjetas postales.
Mientras coleccionaba tarjetas postales antiguas en las que se mostraban poncheras y se bebía ponche, me ha fascinado la cantidad de tarjetas de felicitación que datan de finales del siglo XIX hasta la década de 1940, para Navidad y Año Nuevo, en las que el ponche desempeñaba un papel central.
Al profundizar en el papel desempeñado por el ponche en estas celebraciones, se han puesto de manifiesto algunas diferencias interesantes a lo largo del tiempo y de los países, lo que ha dado lugar a ponches con pocas similitudes entre sí, pero que comparten ciertos rasgos definitorios: una herencia común, la convivencia en torno a una ponchera que contiene una mezcla de ingredientes variados y un simbolismo festivo asociado a ciertas recetas y costumbres.
El ponche se ha bebido en muchos países a lo largo de los últimos cuatrocientos cincuenta años en las celebraciones del ciclo vital familiar y en los acontecimientos nacionales, patrióticos y políticos. Robert Burns celebraba ocasiones “como el día de año nuevo, un bautizo o la noche de kirn, cuando mi ponchera es sacada de su rincón polvoriento y es llenada en honor a la ocasión”.
Bebida en forma de ponche
Una de esas fantásticas y divertidas tradiciones de la familia de mi marido, Mark, es disfrutar de grandes tandas de este ponche de Navidad, al que ahora nos referimos cariñosamente como ponche de Navidad de la abuela, en honor a la madre de Mark, que inició la tradición de prepararlo.
Durante la infancia de Mark, sus padres solían organizar cada año una gran fiesta de Navidad para los socios y clientes del padre de Mark, invitándolos a todos a la casa para pasar una noche de diversión. Mark dice que recuerda haber saludado a los asistentes a la fiesta y haber contemplado los festejos de la noche desde las escaleras. (¡Probablemente debería estar metido en la cama!)
En cuanto al ponche en sí, es una simple mezcla de zumo de naranja, zumo de piña, sirope de azúcar y cerezas al marrasquino -tanto el zumo como las propias cerezas- rematada con un toque de gingerale. Es una maravillosa combinación de sabores que, como parece por la combinación de ingredientes, es realmente dulce. Una dulzura perfecta para los caprichos de las fiestas.
Ponche americano
Una de las imágenes de postal de Viena en el periodo de Adviento es la de un grupo de amigos alrededor de una mesa alta en un mercado al aire libre, cada uno con una taza de ponche de Navidad (Weihnachtspunsch).
Muchos lugareños se reúnen después del trabajo para relajarse mientras se envuelven en las coronas de vapor de las tazas de Weihnachtspunsch. (Los mercadillos navideños no son un acontecimiento fingido que se organiza sólo para los turistas, sino una parte integral del tapiz estacional de la vida vienesa).
La bebida que se toma en los mercados navideños está muy caliente y suele ser bastante dulce. Si prefiere evitar el alcohol, pero quiere vivir la experiencia del Weihnachtspunsch, pruebe la versión sin alcohol. Esta última puede estar etiquetada como Kinderpunsch (literalmente “ponche para niños”) o alkoholfrei (“sin alcohol”).
Cuando llegué a Viena, sólo había una opción: el ponche. Ahora tenemos todo tipo de alternativas, sobre todo frutales, desde las más obvias (naranja, frambuesa, etc.) hasta las más exóticas (por ejemplo, mango, arándanos y flor de saúco).
Cuando pagas por una taza de ponche, el precio es mucho más alto que el anunciado en el lateral del puesto del mercado. Tranquilo: el dinero que entregas incluye un depósito por la propia taza, que recuperas cuando (si) la devuelves.