Sopa de pollo para el resfriado
Tanto si te sientes indispuesto como si simplemente necesitas un poco de consuelo, no hay nada como la sopa de pollo con fideos casera para calentarte por dentro y por fuera. Con esta receta rápida, puedes tener la mejor sopa de pollo con fideos de tu vida en la mesa en sólo 40 minutos.
– Cebolla y apio: En el primer paso de esta receta de sopa de pollo con fideos, las cebollas cortadas en dados y el apio picado se cuecen en mantequilla hasta que estén aromáticos y tiernos.- Caldo: Esta receta de sopa de pollo con fideos requiere una mezcla de caldos de pollo y verduras. Si tienes poco tiempo o pocos ingredientes, puedes utilizar uno u otro.- Pollo: Por supuesto, necesitarás pollo. Si te sobra pollo asado, puedes utilizarlo en lugar de las pechugas de pollo cocidas para reducir el presupuesto.- Fideos: Asegúrate de no añadir los fideos demasiado pronto, ya que si los cocinas demasiado tiempo se pondrán blandos.- Zanahorias: Las zanahorias, que añaden un toque de color brillante y sabor, se añaden al final de la cocción para que se mantengan crujientes. Si prefiere las zanahorias tiernas, puede añadirlas a las verduras salteadas al principio.- Albahaca y orégano: La albahaca y el orégano secos aportan un sabor cálido y terroso a esta receta de sopa de pollo con fideos.
La mejor receta de sopa de pollo
Daniel se unió al equipo culinario de Serious Eats en 2014 y escribe recetas, reseñas de equipos y artículos sobre técnicas de cocina. Antes fue editor gastronómico de la revista Food & Wine y redactor de la sección de restaurantes y bares de Time Out New York.
Mi identidad judía reside sobre todo en la mesa. Bagels con salmón, hígado picado, pescado gefilte y, sobre todo cuando estoy enfermo, sopa de pollo. Mi madre me la preparaba cuando no me encontraba bien, hasta que me fui a la universidad, y entonces me encargué de prepararla para mí y mis amigos.
No tiene por qué ser complicado. Basta con llenar una olla con un pollo entero, verduras, mucho ajo, algunas hierbas y agua, y cocerlo a fuego lento durante unas horas para que el caldo adquiera todo el sabor. Cuando el pollo se deshace al intentar levantarlo, ya está hecho.
Para esta receta, podría haber intentado replantear completamente la sopa, pero no quise. Una sopa de pollo clásica puede ser para el alma, pero no va a hacer una maldita cosa si la receta es tan complicada que requiere más de lo que tus cansados y fríos huesos pueden reunir. Hay un lugar para las sopas de pollo más ambiciosas, pero no es éste.
Receta de sopa de pollo con fideos
Esta es la mejor receta de sopa de pollo que puede preparar cuando le apetezca un plato sencillo y reconfortante o se sienta indispuesto. Hecha con muslos de pollo con hueso cocidos a fuego lento en un sabroso caldo y rellena de tiernas cebollas, zanahorias, apio y jugoso pollo desmenuzado.
Esta sopa de pollo clásica es mi receta de sopa favorita de todos los tiempos. Al igual que mi receta casera de sopa de pollo con fideos, esta versión sin fideos es sana, deliciosa y no contiene carbohidratos procesados. Tanto si haces tu propio caldo como si lo compras ya hecho, este alimento básico de invierno es perfecto para las noches frías, los dolores de garganta, los días buenos y los días malos.
1. 1. Pollo: He preparado esta sopa con pechugas de pollo, muslos de pollo con hueso y piel, muslos de pollo deshuesados y sin piel, una combinación de cada uno y cualquier otra combinación que puedas imaginar. Aunque no hay un pollo “incorrecto” para la sopa de pollo, si piensas preparar tu propio caldo “rápido” como explico en esta receta (diferente del caldo de pollo o caldo de huesos), creo que los muslos de pollo sin piel y con hueso son los mejores. El caldo es sabroso, pero no excesivamente graso, y el pollo queda jugoso, a diferencia de las pechugas de pollo, que tienden a secarse con la ebullición prolongada.
Sopa de pollo asiática
Daniel se unió al equipo culinario de Serious Eats en 2014 y escribe recetas, reseñas de equipos y artículos sobre técnicas de cocina. Antes fue editor gastronómico de la revista Food & Wine y redactor de la sección de restaurantes y bares de Time Out New York.
Mi identidad judía reside sobre todo en la mesa. Bagels con salmón, hígado picado, pescado gefilte y, sobre todo cuando estoy enfermo, sopa de pollo. Mi madre me la preparaba cuando no me encontraba bien, hasta que me fui a la universidad, y entonces yo me encargué de prepararla para mí y mis amigos.
No tiene por qué ser complicado. Basta con llenar una olla con un pollo entero, verduras, mucho ajo, algunas hierbas y agua, y cocerlo a fuego lento durante unas horas para que el caldo adquiera todo el sabor. Cuando el pollo se deshace al intentar levantarlo, ya está hecho.
Para esta receta, podría haber intentado replantear completamente la sopa, pero no quise. Una sopa de pollo clásica puede ser para el alma, pero no va a hacer una maldita cosa si la receta es tan complicada que requiere más de lo que tus cansados y fríos huesos pueden reunir. Hay un lugar para las sopas de pollo más ambiciosas, pero no es éste.