Aversión repentina al salmón
Los padres suelen preocuparse cuando su hijo come muy poco, no ingiere alimentos saludables como frutas y verduras, o rechaza completamente una comida. Para algunos, esta preocupación puede ser importante, sobre todo si el niño no está ganando peso bien, o está perdiendo peso. Para otros, el hecho de que no coma puede ser una fuente de frustración.A menudo, los padres se ven obligados a utilizar la presión, la fuerza o la coacción para intentar que su hijo termine la comida.Esto puede adoptar muchas formas:
Aunque el niño puede comer un poco más si se le obliga, el hecho de que se le presione para que coma puede hacer que desarrolle asociaciones negativas con la comida y, en última instancia, que la rechace y la evite. También puede impedir que los niños reconozcan y respondan adecuadamente a las señales internas de hambre y saciedad, lo que puede hacer que sean más propensos a comer en exceso en el futuro.¿Por qué es malo presionar o animar fuertemente a un niño a comer? El uso de la presión para comer por parte de los padres suele provenir de la preocupación y la ansiedad respecto a cómo o qué come el niño. Los padres pueden preocuparse por la salud y el bienestar de su hijo (y por su supervivencia) si creen que no come lo suficiente para mantener un desarrollo saludable. Si un niño está por debajo de su peso, es más probable que los padres quieran animar a comer y pueden acabar ejerciendo presión sin darse cuenta de que pueden tener el efecto contrario al deseado. La presión de los padres para que coman también puede provenir del deseo de evitar que se desperdicie la comida preparada y de la creencia de que los niños deben “limpiar sus platos”. Sin embargo, a veces el tamaño de las porciones que servimos a los niños es excesivamente grande, lo que significa que no es realista esperar que el niño se termine la comida y todos los platos parecerán “inacabados”. En este caso, no es que el niño coma poco, sino que el tamaño de la ración es demasiado grande.La presión para comer se ha relacionado con una serie de consecuencias negativas. Éstas son:
Aversión a la comida
¿Sus perros ya no se comen la comida a pesar de que solían tragársela en cuanto la tenían en el cuenco? Hay muchas razones por las que un perro no quiere comer. Las causas pueden ir desde un mal comportamiento hasta problemas de salud graves, pero un perro que rechaza la comida requiere que se tomen medidas. He aquí algunas cosas que puede hacer.
La pérdida de apetito en los perros se denomina inapetencia o anorexia. La anorexia en los perros no es la misma condición que la anorexia en los humanos. La anorexia canina puede ser parcial o completa. Si su perro sólo come algunos tipos de alimentos, pero no los suficientes para mantenerse sano, se trata de una anorexia parcial. Si su perro no come nada en absoluto, se trata de una anorexia canina completa. La pseudoanorexia canina es una condición en la que el perro quiere comer pero no puede debido a otro problema.
Comprueba si tu perro se comporta como de costumbre o si hay otros cambios en la rutina diaria. Preste también atención a las heces y la orina del perro. Si todo es normal, puede dejar que su mascota se salte una o dos comidas. Si el perro vomita, tiene diarrea, está aletargado y deshidratado, hable con un veterinario. Si sospecha de algún cambio en el comportamiento de su cachorro, no dude en hablar con un veterinario en línea. De este modo, aclarará un posible problema y obtendrá la ayuda de un veterinario certificado en un abrir y cerrar de ojos.
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Si ya no disfruta de sus comidas favoritas como antes, puede que sea el momento de acudir al médico. Por extraño que parezca, su problema puede residir en su nariz. La comida aparentemente insípida puede ser el resultado de una disminución de la sensación olfativa o del gusto, pero normalmente no de ambos.
De hecho, la pérdida del olfato es más común que la del gusto. Aunque los alimentos parezcan menos sabrosos, la capacidad de percibir los cuatro sabores básicos -salado, dulce, ácido y amargo- suele permanecer intacta.
El adulto medio tiene 10.000 papilas gustativas en la superficie de la lengua, todas ellas responsables de la sensación del gusto. Las papilas gustativas de la punta de la lengua detectan el sabor dulce; el amargo lo detectan las papilas gustativas posteriores, mientras que las papilas gustativas laterales detectan los sabores salados y ácidos.
Los sabores sencillos, como el salado, el dulce, el ácido y el amargo, pueden detectarse sin necesidad de olfato, pero los más complicados, como la sensación rica y aterciopelada de una mezcla de trozos de chocolate, nueces, mantequilla y azúcar moreno, requieren las sensaciones del olfato y del gusto para poder apreciarse plenamente.
Aversión repentina al chocolate
Un gato que decide repentinamente dejar de comer suele ser señal de un problema más grave. No suele deberse a que el gato simplemente no quiera seguir comiendo una determinada golosina. Si su gato no come y se salta varias comidas, o pasa varios días sin comer, debe tomar medidas. Hay cosas que puede hacer en casa para ayudar a su gato a recuperar el apetito, pero a veces es necesaria la intervención del veterinario.
Puede que a su gato no le guste la comida que le ofrece, pero la falta de apetito suele ser un síntoma de un problema subyacente. Su gato puede dejar de comer si tiene algo atascado en el estómago o los intestinos o si no se siente bien debido a una enfermedad o infección subyacente. O puede que a su gato no le guste la comida que le ofrece. La falta de alimentación de su gato también puede ser un síntoma de dolor o malestar. Sea cual sea el motivo, es muy preocupante que su gato deje de comer.
Si tiene un gato obeso que ha dejado de comer, puede desarrollar rápidamente una lipidosis hepática al pasar unos días sin comer. Esta enfermedad suele denominarse enfermedad del hígado graso o síndrome del hígado graso y puede ser mortal si no se trata. Esta es la razón principal por la que es tan importante asegurarse de que su gato, especialmente si tiene sobrepeso, siga comiendo. Con la enfermedad del hígado graso, el hígado se ve desbordado al intentar convertir la grasa en energía. Se acumula un exceso de grasa en el hígado, lo que provoca un deterioro de la función hepática. El hígado es un órgano crítico y, si no funciona eficazmente, su gato puede desarrollar debilidad, letargo e ictericia si no recibe tratamiento inmediato de su veterinario.